Lamentablemente su
empresa Nipón fue opacada por Sabritas y Barcel quienes le quitaron el
producto, consumidores y produjeron el cacahuate japonés como propio.
Hoy Chieko Nakatani
recuerda a su abuelito Yoshigei vendiendo cacahuates en La Merced, antes de
convertir el producto en marca.
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